Valentín García Albiach: “El tándem energías renovables – tratamiento de agua se plantea como fundamental”
Lantania Aguas, empresa del Grupo Lantania, colabora con CETIM estrechamente en proyectos que mejoran la eficiencia tanto de EDARs municipales como desaladoras. Hoy hablamos con Valentín García Albiach, Director de Obra Pública de Lantania Aguas, que suma décadas de experiencia en el tratamiento y gestión del ciclo del agua.
Desde su conocimiento del mundo del agua, ¿cómo ve la evolución del sector desde los 90 hasta hoy?
Llevo algo más de tres décadas, desde 1988, vinculado a este mundo. En este tiempo su evolución ha sido impresionante. Si nos centramos en las tres grandes áreas -potable, residual y recursos no convencionales- los mayores avances se han dado en aguas residuales y desalación. Las depuradoras de aguas residuales han pasado a ser fábricas de tratamiento de agua cada vez más autónomas con capacidad para generar la energía necesaria para el tratamiento lo que, además de un gran ahorro, libera recursos energéticos para otros procesos. En los tratamientos no convencionales, desalación y regeneración, se ha avanzado mucho tecnológicamente, las desaladoras son más eficientes y se ha mejorado el coste del agua desalada. España se ha convertido en una potencia en desalación con presencia mundial.
Cada vez es mayor la cantidad de agua que se regenera y se reutiliza, si bien este recurso se enfoca más a la agricultura y usos urbanos como el riego de jardines y baldeos. El salto mayor será llegar a utilizar el agua residual regenerada como agua de boca. Actualmente hay un rechazo social, el yuck factor, el efecto asco que da esta agua. Al final, se utilizará si no tenemos otras fuentes para beber, ya que la tecnología existe, pero queda un largo recorrido de concienciación.
Con CETIM colabora desde hace casi 10 años en proyectos enfocados en tratamientos terciarios para reutilización de aguas y en economía circular y eficiencia de EDARs municipales. ¿Por qué cree que son importantes estos proyectos?
Soy defensor y creyente de la regeneración de las aguas residuales desde siempre. Uno de los motores de la humanidad es la necesidad, durante años se han utilizado otras fuentes de agua y es cuando empiezan a agotarse los recursos cuando se plantea un uso de estas fuentes no convencionales. La necesidad hace que se utilice el agua regenerada y el primer consumidor hoy es la agricultura. Hablamos de tratamientos terciarios y últimamente ya estamos con tratamientos cuaternarios, debido al alto grado de calidad y de eliminación de contaminantes y de microcontaminantes.
Actualmente Lantania se apoya en CETIM en estudios para la mejora de la eficiencia tanto de EDARs municipales como desaladoras. ¿Cómo valora la colaboración con organismos de investigación como CETIM?
La innovación es un eje prioritario para Lantania, desarrollamos grandes y pequeños proyectos de infraestructuras a través de la innovación, el uso de tecnologías avanzadas, el servicio y la calidad con el objetivo siempre de mejorar la calidad de vida y construir un mundo más sostenible. Contar con un Centro Tecnológico de referencia como CETIM, con el que puedes intercambiar y reflexionar acerca de los temas tecnológicos de tratamiento de agua, y no solo lo que podamos proponer desde la empresa, sino que CETIM propone nuevos proyectos o nuevas tecnologías que se adaptan a los criterios de Lantania, es algo altamente positivo. Esta colaboración abierta es fundamental, pues funciona, y muy bien.
“La desalación será fundamental como agua potable y la regeneración lo será para la agricultura, sin descartar un posible uso de consumo.”
Será clave para el sector afrontar la nueva realidad climática e hídrica. ¿Cree que tecnologías de reutilización y de desalación de agua serán cruciales para afrontar el calentamiento global y la escasez de agua?
La tecnología existe y mejora continuamente. La desalación se acepta como tecnología para agua de boca y el único problema es el coste de producción, el cual se va reduciendo. Ya se ha fijado un objetivo de bajar de los 2Kw/m3 de coste de energía para desalación y todo apunta a que su consecución está cerca.
El tándem energías renovables – tratamiento de agua se plantea como fundamental. El agua es un producto imprescindible para la generación de hidrógeno por lo que, si no hay agua, el hidrógeno verde se puede complicar. La desalación se convierte en una tecnología necesaria, al igual que la posible reutilización de las aguas regeneradas, para la generación de hidrógeno. Una planta de tratamiento de agua se puede convertir también en una planta generadora de energía mediante producción de hidrógeno, sin olvidar que la producción de oxígeno es de gran relevancia en los procesos de tratamiento de agua.
Las desaladoras son cada vez más grandes y, por tanto, consumen mucha energía, aun mejorando la eficiencia es necesario un aporte mediante energías renovables que suponen unas necesidades de espacio disponible importante. También tenemos la problemática de la generación de la salmuera, cuanto mayor es la planta desaladora mayor es la generación de dicha salmuera y mayor puede ser la posible afección al medio. Ahora se buscan soluciones técnica y económicamente viables, como puede ser la minería de salmuera con un aprovechamiento de litio o magnesio. Al margen de definir cuál es la mejor tecnología, es imprescindible hacer una política hidráulica, acorde a las necesidades, geografías, industrias y sectores afectados; y ver cómo ordenar las aguas de forma coherente y no supeditado a opciones o posicionamientos políticos. El agua requiere una política común.
Mirando hacia el futuro, ¿cómo ve las próximas dos décadas del sector del agua?
El agua siempre va a ser un sector relevante, es uno de los recursos básicos para la vida y también es parte de la economía. Así lo entendemos en Lantania y por eso hemos hecho una fuerte apuesta estratégica por este sector, adquiriendo empresas como Grupo Soil y Deisa y poniendo en marcha hace dos años una división de desalación que nos ha situado ya entre los principales proveedores de plantas desaladoras del mundo. De cara al futuro las tecnologías de desalación serán cruciales, de hecho, ya lo son, pues la evolución hacia climas más secos es una realidad. La desalación será fundamental como agua potable y la regeneración lo será para la agricultura, sin descartar un posible uso de consumo.
¿Qué cree que ha aportado y aportará la innovación a la evolución del sector del agua?
La innovación ha ayudado a mejorar los costes de tratamiento. Todos los tratamientos han experimentado avances tecnológicos que han permitido reducir los consumos de energía, el aprovechamiento del residuo como recurso, reduciendo las emisiones GEI. En esencia, la innovación es el motor de la economía circular. Vivimos un momento en el que gran parte de los esfuerzos se focalizan en la digitalización de las plantas de tratamiento de agua y no digo que no haya que hacerlo, pero no podemos dejar de lado la mejora continua de la tecnología, que es lo que nos permitirá seguir avanzando en la mejora de procesos. La innovación es necesaria y ha de ir paralela al progreso. Sin innovación no hay progreso, es más, ha de ir por delante, adelantarse a lo que vendrá.
Un aspecto que limita la innovación es la falta de legislación. Las leyes deberían ir de la mano de la innovación para no generar retrasos en la implantación de nuevos productos y procesos. En este sentido, por ejemplo, los microcontaminantes son un problema en el que se está trabajando, al igual que en otras líneas y nuevos procesos, y no deben quedarse atrás.
No solo hay que hablar de innovación en grandes procesos y plantas, no podemos olvidar las pequeñas poblaciones que han de cumplir con los requerimientos de saneamiento a un coste adecuado. Además de innovar en procesos hay que hacerlo en la gestión, y ahí ayuda mucho la digitalización, pero en su justa medida. En plantas de pequeñas poblaciones puede que una digitalización no sea una opción adecuada, pero una gestión integrada sí. En España tenemos, o podemos tener, un problema de competencias entre administraciones actuantes que puede complicar una gestión más eficiente y causar retrasos en la ejecución de infraestructuras.
En definitiva, la innovación no puede verse de forma aislada. Una gestión adecuada, en la que no se generen conflictos competenciales también se puede calificar de gestión innovadora. Debemos tener una visión más amplia del concepto y no circunscribirlo a la parte técnica y tecnológica. En municipios pequeños sufren el abandono y el trasiego a poblaciones más grandes. En este tipo de plantas, por ejemplo, también habría que hablar de innovación social.
En detalle
Lantania Aguas, empresa del Grupo Lantania, es una compañía con dilatada experiencia en proyectos relacionados con el ciclo integral del agua como son plantas de desalación, tratamiento y depuración de aguas urbanas e industriales y todo tipo de infraestructuras hidráulicas. La empresa, presente en nueve países, lleva a cabo todas las obras asociadas al ciclo integral del agua desde la captación, la potabilización, la distribución y la depuración hasta la devolución del agua depurada a los cauces naturales, con competencias en el diseño, la construcción y la explotación. |