A través de tecnologías sostenibles, CETIM Centro Tecnológico estamos valorizando los residuos vitivinícolas, especialmente, los de orujo, mediante su biotransformación a bioplásticos denominados polihidroxialcanoatos (PHAs).

Estos biopolímeros degradables se obtienen mediante la aplicación de microorganismos que convierten la materia orgánica de los residuos en ácidos grasos volátiles en una primera etapa y de bacterias acumuladoras de PHAs en las siguientes dos etapas de enriquecimiento y acumulación.

Desde la Comisión Europea a través del Plan de acción para la economía circular dentro del Pacto Verde Europeo se está promoviendo la mejora en la gestión de los residuos mediante su reutilización para, de esta forma, crear una Europa más limpia, más competitiva y climáticamente neutra en el 2050.  Dentro del marco de iniciativas que se establecen para una política de productos sostenibles, se presentan una serie de medidas enfocadas a la reducción en la producción de residuos y a garantizar la disposición de un eficiente mercado interior de materias primas secundarias de alta calidad. Sin olvidar también la responsabilidad hacia los residuos generados dentro de la Unión Europea.

Si bien es cierto, el sector de producción del vino no pretende quedarse rezagado en su transformación hacia una economía más circular, por lo que, mediante la investigación y la innovación, se promueven iniciativas de reciclaje de sus residuos actuales (sarmientos, lías, orujos, semillas, rampojos, etc) para la creación de nuevas cadenas de valor en torno a la valorización de estos residuos.

En la actualidad, este tipo de residuo es destinado a destilación, depositado en la tierra o valorizado como compostaje, si bien por sus características, pueden convertirse en materias primas secundarias de productos de alto valor añadido, como antioxidantes, bioplásticos, polioles, biocidas, etc.

De este enfoque y desde el apoyo al sector vitivinícola para su transición hacia un modelo de economía más circular y apuntando a un residuo zero, en el proyecto BIOVINO se ha concebido un modelo de biorrefinería que permite valorizar, con procesos paralelos y en cascada, los diferentes residuos que se generan en la industria vitivinícola.

En colaboración con el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), el Campus de Tecnologia e Inovação (BLC3), la Universidad de León (ULE), la Universidade de Aveiro (UAVR) y la Universidade do Minho (UMINHO), CETIM ha participado en Programa de Cooperación INTERREG V-A España–Portugal 2014-2020 desde el año 2019 hasta la actualidad, con el objetivo de mejorar la excelencia científica del Espacio de Cooperación transfronteriza entre España y Portugal.

Dentro de este proyecto BIOVINO (POCTEP BIOVINO 0688_BIOVINO_6_E) se han realizado diferentes inventarios acerca de los residuos biomásicos que se generan en los espacios objetivo de Castilla y León, Galicia y Portugal. Además, actualmente se están desarrollado diferentes rutas de valorización sostenibles de los sarmientos, orujos tanto frescos como agotados o los mostos excedentes entre otros, para obtener compuestos con propiedades bioactivas, polioles o biopolímeros degradables mediante procesos primarios o secundarios de biorrefinería. Junto con esto, se están tratando las aguas residuales de diferentes procesos para obtener biogás.

Finalmente, se está valorando el mercado de los productos de interés y la viabilidad técno-económica de los diferentes procesos desarrollados.

Rol de CETIM
Con el proyecto BIOVINO desde CETIM, se están utilizando tecnologías sostenibles basadas en la energía de ultrasonidos y los solventes eutécticos profundos para obtener compuestos bioactivos naturales. Dentro de estos compuestos bioactivos destacan los polifenoles, los flavonoides y los pigmentos antociánicos cuya bioactividad antioxidante y biocida se está evaluando.

Por otra parte, desde CETIM se están valorizando los residuos vitivinícolas, especialmente, los de orujo mediante su biotransformación a bioplásticos, concretamente, los denominados polihidroxialcanoatos (PHAs). Estos biopolímeros degradables se están obteniendo mediante la aplicación de microorganismos que convierten la materia orgánica de los residuos en ácidos grasos volátiles (AGVs) en una primera etapa y de bacterias acumuladoras de PHAs en las siguientes dos etapas de enriquecimiento y acumulación.